Hace pocos días nuestro país eligió, libre y
democráticamente, su nuevo gobierno para los próximos 5 años, y hace horas, el
Presidente electo designó a sus Ministros en conferencia de prensa, según expresó,
para todo el período de gobierno. En tiempos
de campaña electoral, en nota a “Subrayado Electoral”, conducido por la
periodista Blanca Rodríguez, puntualizó algunos avances en materia de Seguridad
Pública del gobierno actual como ser, la mejora de las condiciones laborales y
salariales de los policías, la mejora en la dimensión administrativa del Min. Interior
y de la Policía en general, la mejora del equipamiento de la Policía,
herramientas legales, de protección y tecnológicas, así como mejorar los índices
de corrupción.
Por otra
parte, señaló cuales eran las metas de cara al futuro y un eventual nuevo
gobierno que él presidiera, dentro de las cuales señaló; dignificación de la carrera
policial, la creación de la Guardia Republicana de funcionamiento a nivel
nacional, mejorar aún más las condiciones laborales de la Policía, reduciendo
los años de 35 a 30 para jubilarse, mejorar los subsidios por incapacidad
parcial y por incapacidad total, mejorar las condiciones de vivienda con un posible
acuerdo con el Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio
Ambiente, seguros de vida para los efectivos, contemplar por igual a los
policías en actividad así como a los retirados. Según advirtió, no tiene
planteado sacar las cárceles de la órbita del Min. Interior, lo que bien puede
entenderse por los resultados discutibles de los operadores.
Esos temas,
mencionados como logros del gobierno, a nuestro juicio son polémicos en su concreción
y alcance, cuestión que ya hemos señalado en varias oportunidades en varios
medios de comunicación. Por otra parte, las metas señaladas, causaron mucha sorpresa,
puesto que van en armonía con lo que, desde la organización sindical de la
Policía a la que pertenezco, el SUPU, se han planteado de forma sistemática a
la respectiva cartera ministerial desde el inicio del período del actual
gobierno 2010.
Lo que quizás convenga analizar es que, si una
organización de gran representatividad a nivel nacional, la mayor según entiendo
y así también lo hace la justicia, ha realizado esfuerzos permanentes para
establecer acuerdos en éstas materias con la cartera, que han ido desde la presentación
de proyectos, ideas, críticas a las normas inconsultas y que se anticipa su aplicación
problemática, muchas veces por no resolverse previamente cuestiones de fondo, o
por no considerar realidades colectivas, básicas, que son de orden a la hora de
modificar condiciones de trabajo en términos generales que, salvo excepciones
muy puntuales, no han tenido frutos cabe concluir sin error, que algo en el
proceso de diálogo no está funcionando correctamente.
En éste
sentido, el Min. Interior Eduardo Bonomi ha manifestado que la causa por la
cual no recibió en 5 años a los trabajadores
policiales organizados, es que existe un equipo técnico que encabeza el Dr.
Charles Carrera y asesores, que se ocupan del proceso de negociación con las
diferentes organizaciones. Lo que ha sido manifiesta y sistemáticamente
ineficaz e infértil. En la ésta línea, el Presidente electo, ha confirmado para
el próximo gobierno, las mismas autoridades en la cartera.
Es oportuno recordar que las
diferencias entre las organizaciones sindicales y la cartera lleva años de
conflicto irresoluto, todo ante la pasiva mirada del Ministerio de Trabajo que,
luego de dos años de violación de un convenio colectivo por orden policial, no
ha laudado, así como tampoco lo ha hecho el Consejo Superior de Tripartito del
Sector Público, a quien se le elevó la solicitud de laudo en términos de
representatividad por la rama.
Es evidente
el apoyo bajo la forma de confirmación de ciertas políticas en Seguridad
Pública que, desde la cartera, se han intentado aplicar con resultados muy
variables, desde nuestra visión pragmática. Lo que sería deseable, es que la confirmación
de las mismas autoridades políticas del Min. Interior, no conlleve la confirmación
de la misma forma de relacionamiento con las organizaciones de trabajadores, no
sólo ya las sindicales, sino con todas, las sociales, las filantrópicas, y
otras que se abocan en general mejorar las condiciones en que se lleva adelante
la función policial a nivel nacional.
Una revisión
de lo que ha sido hasta ahora, una política de “puño de hierro” en el diálogo para
con las organizaciones de trabajadores que, no sólo ha afectado considerablemente
los derechos adquiridos, así como la visión u opinión que éstos tienen del
trato indigno que les dispensa la administración, entre otras cosas, sino que
por esa misma forma con la cual se han tomado las observaciones que, oportunamente,
se realizaron sobre diversas temáticas, y le costaron más de un tropezón administrativo
y público al Ministerio, obligándolo a dar marcha atrás en determinadas
apreciaciones públicas y hasta resoluciones internas.
Aun así, y a
pesar de todo esto, la organización a la que pertenezco, no ha realizado en 5
años, ni un solo acto reñido con la legalidad, más que alguna manifestación pública
y puntual, luego de haber agotado el dialogo sobre cada tema, y haber procedido
legalmente en los casos que la situación, y el colectivo, entendió que ameritaba.
Ésta postura del diálogo abierto y permanente, como principio institucional, increíblemente
nos valió el mote, por parte del Min. Interior, de “ala radical” o “radicales”.
Ahora, en
breve, se abre un nuevo período de gobierno, y con el, una nueva oportunidad
para las partes de poner toda la inteligencia en función de arribar a
soluciones ajustadas a los principios y normas de la negociación colectiva que,
de momento, le ha sido vedada por decisión política a los sindicatos
policiales. Pues hay temas urgentes que
van generando presión entre los trabajadores, como salario, salud, vivienda,
seguro de vida, capacitación permanente, de alcance nacional e integral, así
como una mejora en sede de legislación y un real cambio en sede de equipamiento
policial en general, entre otros que tienen la friolera de 184 años de plena
vigencia sin soluciones reales.
Para nuestra organización sindical,
implicará renovar esfuerzos, propuestas y el compromiso con sus representados.
Para el Min. Interior, un análisis en su estilo de relacionamiento con los
trabajadores policiales organizados, apostar al dialogo franco, de buena fe, e
informar fluidamente de cara a repensar un nuevo modelo de intercambio de
ideas, de negociación, de discusión constructiva. Pues cabe preguntarse cuánto
más debe esperar una organización sindical, para que una cartera estatal
proceda coherentemente con la posición que ocupa. Probablemente, sea ésta la
mayor aspiración de gran parte de los trabajadores policiales de todo el país,
organizados o no, y también la de nosotros, “los radicales”.
Miguel Barrios.