domingo, 28 de julio de 2013

ESTUDIAR CAUSA DE MUERTE, ES LA RESPUESTA PARA EVITARLA.



      Hace pocas horas otro trabajador policial, perdió la vida al enfrentase con un delincuente que cometía una rapiña en una panadería en Garzón y Santos. Son horas de profundo dolor para todos los trabajadores policiales, de impotencia, y de desesperanza por no hallar las respuestas institucionales que, ante hechos que se reiteran, serían esperables dentro de un criterio lógico-racional.

     Para encuadrar lo trágico de esta situación éste compañero murió el día del cumpleaños de 15 de su hija, según pudimos saber, por otros compañeros que colaboraron en las primeras actuaciones que se realizan en estos casos. Pero no es la primera muerte de un policía en lo que va del 2013, y si observamos las estadísticas, casi con certeza, no será ésta la última. 

     Como ya lo ha expresado el SUPU es indiscutible que ciertas doctrinas de procedimientos y actuación de nuestra fuerza pública son obsoletas ante la realidad delictual e incluso ciertas legislaciones pueden recibir análogo calificativo, y por otro lado, las causas que culminan en las muertes de nuestros policías nos marcan, con frecuencia, que éstas obedecen a puntuales carencias en el proceso de formación de los mismos como tales. 

     En ese sentido, para el SUPU, una de las respuestas institucionales que responderían lógica y racionalmente a éste mal que nos afecta, es la conformación de equipos multidisciplinarios –peritos, policía técnica, instructores calificados, operadores judiciales, expertos u personal policial que haya realizado cursos de tácticas policiales a nivel internacional, y autoridades ministeriales que sean idóneos en la materia, expertos en comunicaciones, logística, entre otros- que analicen las causas de las muertes de los policías, como ocurre en otros países donde se estudia cada detalle de, por ejemplo; los atentados contra mandatarios, situaciones, errores comunes, tácticas de respuesta, coordinación, etc. 

    Las conclusiones que, de éste proceso de análisis multidisciplinario surjan, deberían ser incorporadas al proceso de formación de los nuevos policías y, al unísono, en los cursos de actualización de los policías que ya están en servicio hace años, con la clara finalidad de que no asistamos a nuevas muertes de policías, por las mismas causas o carencias de formación, por los defectos de las doctrinas de procedimiento policial establecidas hoy o por una legislación que es anacrónica con las realidades que enfrenta nuestra fuerza pública.
 
     Esto puede llevarse a cabo de las más diversas formas, en cursos asistenciales, mediante clave –vía mails encriptados- en los cursos a distancia, o en un paso intermedio en cursos semi-presenciales, según resulte de los estudios situacionales que se efectúen al respecto por el Min. Interior. Sólo estudiando las causas que culminan con la muerte de los trabajadores policiales hallaremos, una forma de bajar progresivamente las mismas.

     Pues, profesionalizar a nuestra fuerza pública, a nuestro juicio, no puede quedar en una mera expresión de deseo político o ciudadano, o en un vacuo concepto infértil emanado de ciertas cúpulas policiales, por el contrario tiene que aplicarse, o en su caso redefinirse, y para ello, es imperioso el análisis de estas trágicas situaciones, y esto permitirá bajar las probabilidades de que los errores se reiteren, y así sus resultados. 

     Esto no implica poseer una panacea, por el contrario implica realizar un proceso que seguramente, como todo proceso estatal, puede llevar años, pero todo indica que es insoslayable para expresar, sin simulacros, que poseemos una policía profesional, una política de seguridad pública que es a su vez una verdadera política de estado, pues no existen dos respuestas a estos flagelos y también debieron los partidos políticos escuchar a los trabajadores policiales en el marco de la firma del “documento de consenso” en materia de seguridad pública, algunas cosas se podrían haber evitado. 

     Como dijimos una vez, respecto de tan dolorosos y similares hechos como los de ayer en Garzón y Santos; "Como a los artistas, a los policías y sus familias, les vale nada los reconocimientos posmortem, las pensiones a cambio de la muerte y, seguramente, ellos hubieran preferido soluciones reales, antes que placas, que discursos...".

     Un abrazo fraterno para todos.

                                    Miguel Barrios.